por Mirta Rodriguez, primera secretaria del Concejo
1973 marcó para el país la llegada de una democracia sin proscripciones, ya que durante los 17 años anteriores, los golpes de estado y los gobiernos de facto prevalecieron largamente en relación a los gobiernos electos por el pueblo. Cuando la ciudadanía tuvo ocasión de elegir, no pudo hacerlo en cuanto a la totalidad del espectro político que deseaba participar y eso también generó discordias, amén de que los dos gobiernos democráticos que tuvieron vigencia en ese lapso, fueron drásticamente interrumpidos por militares respaldados por quienes nunca respetaron el resultado que emanaron de las urnas.
Al llegar marzo, el país tenía la oportunidad de ejercer libremente su derecho a elegir a sus gobernantes y eso no era poco.
En Sunchales, la comunidad iba a decidir quién sería su primer Intendente Municipal, y elegir a los integrantes de su primer Concejo Municipal, ya que el rango de ciudad conseguido el 19 de octubre de 1967 así lo indicaba, situación que no se había podido efectivizar en los hechos, debido a los consecutivos gobiernos de facto que imperaban desde hacía años en el país.
Sin dudas el acto electoral del 11 de marzo de 1973 marcó para la historia de Sunchales un hito trascendental. Tras el respectivo escrutinio Julio César Sartini -representante del Partido Demócrata Progresista- fue consagrado como el Intendente de la ciudad, en tanto Julio Aníbal Oroná y Bernardino Demarchi-ambos del Partido Justicialista- Italo Palomeque en representación del Frente Justicialista de Liberación Nacional (Fre-Ju-Li) Dr. Aldo Costamagna y Luciano Scarafía – representando al Partido Demócrata Progresista) y Carlos Toselli de la Unión Cívica Radical, fueron electos para conformar el Primer Concejo Municipal.
Para todos era iniciar una nueva y nada fácil experiencia y en lo que concierne al Concejo Municipal era comenzar a transitar un camino y a escribir su propia historia. No había antecedentes; en ningún estudio o carrera enseñan a ser Concejal; a elaborar Ordenanzas, Decretos, Resoluciones o Minutas de Comunicación, a dictar el Reglamento sobre el cual se basa el funcionamiento de ese Cuerpo Colegiado. Estaba todo por hacer y todo por aprender.
En una reunión preparatoria, donde actuó como Secretario Ad Hoc el Sr. Luis Fissore, fue electo para presidir el flamante Cuerpo Deliberante el Sr.Carlos Toselli (UCR) y se decidió que- a través de un llamado a concurso de oposición y antecedentes- fuera electa la Secretaria del Cuerpo Colegiado.
El examen de oposición – del cual participaron 36 aspirantes de ambos sexos, diferentes edades, profesiones y roles dentro de la sociedad- tuvo lugar un sábado por la mañana, en el sector de ingreso a la planta baja del Palacio Municipal y en lo que otrora fuera Atención al Público, Cobro de Impuestos y Secretaría de Hacienda.
A fin de evitar cualquier tipo de suspicacias en cuanto al resultado de la elección, convocaron para supervisar la misma, a personas representativas de las entidades privadas en las cuales se desempeñaban. Esa responsabilidad recayó en el C.P.N. Néstor Caravatti y en el Sr. Roberto Raviolo, quienes tras la respectiva evaluación de los postulantes, determinaron que Mirta Rodríguez había reunido el mayor puntaje para el cargo que se ofrecía.
Poco a poco se iba conformando el Concejo Municipal de Sunchales, que oficialmente debía iniciar sus funciones a partir del 25 de Mayo de 1973, fecha estipulada para la asunción de las nuevas autoridades de la ciudad. El acto de referencia se inició con el tradicional Tedeum oficiado en la Iglesia San Carlos en honor de un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo, al que asistieron las autoridades salientes del gobierno municipal, encabezadas por el Comisionado Municipal Sr. Aldo Trinchieri- quién era Presidente Comunal de Sunchales y tras el golpe de estado fue designado Comisionado Municipal- junto a los miembros de su gabinete, las autoridades electas, y numeroso público que respaldó con su asistencia una jornada de particular importancia para la comunidad.
Tras el oficio religioso, en la planta alta del edificio municipal-donde se hallaba el salón de actos- se efectivizó la ceremonia protocolar de asunción de las nuevas autoridades tanto a nivel de Intendencia como del Cuerpo Deliberativo.
Así el Concejo inició su labor, para nada fácil por cierto, influyendo en ello distintos factores, entre ellos, la inexperiencia. Afortunadamente la cercanía de Rafaela y de Esperanza permitió concurrir asiduamente al Concejo Municipal de esas ciudades para solicitar información acerca de las formas, diferencias y contenidos básicos de la legislación habitual que se maneja en un Concejo. Sin duda ese aporte fue sumamente valioso para encaminar una tarea sobre la cual en nuestro medio se carecía de antecedentes.
Con el paso de los meses, se sumó para cumplir tareas administrativas Susana Sánz y hasta el final de su función legislativa ese fue el grupo que tuvo la responsabilidad de llevar a cabo la misma.
A nivel tecnología, lejos estaba aquel Concejo Municipal de contar con la que actualmente podemos encontrar en un organismo de este tipo. Un teléfono, sin computadoras, ni grabadores, ni pendrive, mp3, o algo semejante. Sólo una sólida e incansable Lexigton que no sabía de treguas.
Las actas –sumamente extensas- debían ser, con puntos y señales, el fiel reflejo de lo manifestado por cada Edil o por quién expusiera oportunamente. Había que tomar apuntes a toda velocidad y con la mayor precisión y luego redactarlos apelando a la memoria sin distorsionar nada. Cada acta era escrita manualmente en el respectivo libro y sin duda, era un verdadero desafío y un renovado examen.
A la hora de estipular las Dietas a percibir por los Concejales, se tomó conocimiento de que había una disposición que impedía cobrarlas, hasta que se cumplieran 6 años de haber sido la población – en este caso Sunchales- declarada ciudad y para eso, debían aún transcurrir 6 meses. Fue entonces que los Ediles sunchalenses establecieron un monto simbólico como Dieta. Al tiempo, desde el gobierno provincial cuyo titular era el Dr. Carlos Sylvestre Begnis, llegó la información que esa norma no tenía más vigencia, lo que les posibilitó establecer las respectivas Dietas.
El lugar físico que ocupó el primer Concejo Municipal estaba comprendido en la planta alta del edificio municipal, con frente a calle 25 de Mayo-donde hoy está el Salón Azul- y la totalidad de las dependencias se resumía en: Sala de Reuniones, una pequeña Secretaría y una cocina aún más mínima.
Las sesiones ordinarias se llevaban a cabo los días martes y no pocas de ellas se extendían hasta más allá de la media noche, en tanto, las reuniones de comisión tenían lugar los jueves. Dada la pluralidad de ideas de los Ediles, cada tema o proyecto era fundamentado y defendido con intensidad, aunque siempre en un ambiente de respeto hacia los demás y al cargo que cada uno desempeñaba, lo que permitió que la convivencia fuera posible, aún dentro de la diversidad de opiniones. Este aspecto fue acentuándose positivamente con el transcurso del tiempo.
Un nuevo golpe de estado, se concretó el 24 de marzo de 1976 y a partir de él se inició la etapa más aciaga de la historia argentina por las consecuencias que aún hoy, en distintos aspectos, se está padeciendo. Obviamente, al igual que en todo el país, el gobierno democrático de la ciudad de Sunchales pasó a ser recuerdo y el Concejo Municipal siguió idéntica suerte.
La situación aunque totalmente indeseada no sorprendió demasiado ya que el país se debatía en un mar de incertidumbre. Nadie sabía cuándo iba a suceder pero a nivel de la sociedad argentina se presentía. Se tenía la sensación de que más tarde o más temprano algo de esas características iba a ocurrir, más aún teniendo en cuenta el largo historial de golpes de estado que ostenta nuestro país. Cuando amaneció el día 25 de marzo de 1976 una nueva afrenta a la democracia se había consumado y las instituciones que respaldaban su vigencia quedaron sin efecto.
Así terminó la primera experiencia del Concejo Municipal de Sunchales. Habían trasncurrido 2 años y 10 meses desde que inició su misión legislativa, que afortunadamente se reanudara en 1983, pero esa es otra historia.